RESECCIÓN DE LUNARES

 

Los lunares también conocidos médicamente como Nevos, son lesiones benignas de la piel, que se originan cuando las células de melanina, conocidas como los melanocitos, crecen de manera agrupada; la mayoría de los lunares pueden estar presentes desde el mismo nacimiento o hacer su aparición en la niñez o adolescencia, usualmente localizados en zonas de la piel expuestas al sol. Aunque la mayoría resultan inofensivos, ciertos casos pueden convertirse en cáncer, por lo que su extracción quirúrgica se hace necesaria; asimismo, en otros pacientes se puede tomar la decisión de removerlos por precaución o porque les desagrada su aspecto. Para aquellos pacientes con lesiones sospechosas de malignidad, que puedan tratarse de un melanoma maligno, la cirugía resulta el método más eficaz, por su parte, cuando se trata de una lesión benigna y su remoción sea estética la resección con electrocoagulación o láser son las mejores alternativas en caso de tener un tamaño pequeño; en cuanto a los de mayor tamaño la cirugía convencional brinda mejores resultados estéticos y disminuye el riesgo de que vuelvan a crecer.

¿Cómo se abordan estas lesiones?

 

Inicialmente es necesario hacer una exploración física del lunar o lunares que se desean extirpar, teniendo en cuenta características de tamaño, tipo de pigmentación y forma, con el fin de determinar su naturaleza. Cuando hay indicios de malignidad en la lesión, el procedimiento se efectúa a través de una intervención quirúrgica ambulatoria, prácticamente indolora, que se realiza con anestesia local, teniendo en cuenta resultados estéticos satisfactorios; cuando no hay señales de malignidad, el método de extirpación se puede hacer mediante el láser ablativo, o radiofrecuencia, el cual no requiere puntos y tiene una rápida recuperación.

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