RESECCIÓN DE TUMORES

 

Los tumores en la piel corresponden a un crecimiento anormal en el tejido, que pueden ser de naturaleza maligna (cancerosos) o benigna (inocuas). Morfológicamente se presentan como pápulas lisas, nódulos, lesiones queratóticas o quísticas con un crecimiento lento; por su parte, los tumores malignos se manifiestan mediante placas o nódulos solitarios, irregulares y de rápido crecimiento, con tendencia a ulcerarse. Algunos surgen imprevistamente, pero en otros casos puede originarse de un tumor benigno preexistente. Aunque la agresividad de los tumores varia significativamente, las características más destacadas de los tumores malignos tiene que ver con un crecimiento ilimitado, en muchos casos de rápida velocidad, la infiltración de tejidos circundantes, aumento de la mitosis, la atipia celular y sobretodo la potencialidad de producir procesos metastásicos.

¿Qué esperar del procedimiento?

 

Generalmente, para los tipos de cáncer no melanoma, entre los cuales se destaca el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide, el manejo terapéutico se efectúa mediante la cirugía, ya sea de modo convencional, en donde se procede a extirpar el tejido tumoral o a través de la denominada cirugía de Mohs. Esta última se conoce como una de las técnicas más precisas y exitosas a la hora de tratar casos con un alto riesgo de reaparición después del tratamiento, al igual que en diagnósticos en donde se desconoce la extensión del cáncer y en casos en donde sea vital preservar la mayor cantidad de tejido sano; usualmente, la cirugía de Mohs puede ofrecer resultados muy satisfactorios en comparación con otras formas de cirugía u otros tratamientos; en Dermas contamos con especialistas oncólogos de gran trayectoria en patologías cancerosas de la piel, quienes se encargan de establecer si es preciso emplear esta técnica, teniendo en cuenta características importantes de la lesión tales como su tamaño y localización.

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