TOXINA BOTULÍNICA
Uno de los tratamientos más buscados a la hora de corregir las denominadas arrugas dinámicas o de expresión. La toxina botulínica actúa sobre los músculos de la cara para brindar un efecto de relajación, disminuyendo el impacto de las contracciones frecuentes en la piel, para concederle al rostro una expresión descansada. El procedimiento se efectúa de forma ambulatoria, a partir de microinyecciones casi indoloras y sin anestesia, en aquellas zonas donde se evidencia mayor presencia de arrugas de expresión. Posteriormente, el paciente puede regresar a sus actividades normales.
¿Qué esperar del procedimiento?
Normalmente los resultados se aprecian entre los tres y sietes días posteriores al procedimiento; el paciente podrá evidenciar la desaparición de sus arrugas y un aspecto más descansado en su expresión facial. Como no proporciona ninguna variación en los volúmenes ni proporciones del rostro, sus resultados son muy naturales. Para mantener el efecto, es necesario repetir el procedimiento aproximadamente cada cuatro o seis meses, por lo que la pauta sugerida es de dos sesiones anuales. Esta duración puede variar con cada persona de acuerdo al grosor de la piel, la potencia del músculo, la cantidad de gestos y la profundidad de las arrugas. Asimismo, el paciente debe seguir ciertas pautas de cuidado como lo es evitar descansar en posiciones horizontales, por lo que se desaconseja acostarse durante las 6 primeras horas después del procedimiento, para prevenir que el medicamento migre hacia áreas no deseadas.