ROSÁCEA
La Rosácea es una alteración inflamatoria crónica de la piel, que afecta principalmente el área facial: pómulos, nariz, mentón y frente; se manifiesta en episodios de enrojecimiento, presencia de telangectasias, eritema, pápulas, pústulas y en los casos más graves, rinofima. Debido a que los síntomas y signos varían en cada paciente, el manejo de esta afección se efectúa de manera individualizada; entre los tratamientos más frecuentes se destaca el uso de antibióticos tópicos, aplicados directamente en la piel, fármacos orales y terapias con láser y fotoprotección; estos últimos ha demostrado resultados muy satisfactorios, demostrando efectividad al reducir el eritema las telangiectasia y las lesiones inflamatorias, papulopustulosas.
¿Cómo se aborda esta patología?
El objetivo del tratamiento es brindar al paciente una mejoría significativa en las lesiones inflamatorias, el edema, el enrojecimiento y en general toda la sintomatología, teniendo en cuenta que la persona tiene un papel activo en el control de la enfermedad; esto tiene que ver con seguir las indicaciones del tratamiento con relación al uso de los medicamentos prescritos y las rutinas de higiene y cuidado en casa. Por su parte, la fotoprotección tendría un efecto principalmente antiinflamatorio, que a su vez puede brindar efectos más integrales, al favorecer la cicatrización e incluso reducir algunos signos de la edad.