MELANOMA
El Melanoma es considerado como el tipo más grave de cáncer de piel y el que mayor impacto tiene en la mortalidad; se origina cuando los melanocitos, las células productoras de la melanina, el pigmento que proporciona color a la piel y que permite protegerla de los rayos ultravioleta, comienzan a crecer de manera descontrolada. Una gran parte de casos de melanoma suceden por una exposición solar continuada, al igual que exposiciones intermitentes como quemaduras en la playa, la piscina o cualquier lugar y en aquellas personas que usan frecuentemente cabinas de rayos UVA artificiales. Aunque el Melanoma resulta ser un tipo de cáncer menos frecuente, es uno de los más agresivos por la alta probabilidad de propagación a otras zonas del cuerpo, en caso de no ser detectado a tiempo. Las señales más importantes para su temprana detección es la aparición de algún lunar nuevo en la piel, alguno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color, o un lunar que luzca distinto a los demás. No obstante, es importante acudir al dermatólogo para revisiones periódicas de los lunares o nevus con el fin prevenir o detectar precozmente el melanoma, ya que algunos casos pueden no presentar estas características.
¿Cómo se aborda este tipo de cáncer?
Las opciones de tratamiento dependerá en gran medida de la etapa y localización del Melanoma. Los melanomas en etapas iniciales pueden tratarse de manera eficaz con cirugía, mientras que los más avanzados requieren otros tipos de tratamiento en donde se analiza minuciosamente los posibles beneficios y los efectos secundarios; entre estas alternativas se destaca la inmunoterapia, medicamentos de terapia dirigida, quimioterapia y radioterapia.